Su empresa debe tener un rumbo. Ir a la deriva en un mercado tan competitivo y enmarcado en una profunda crisis económica no es una opción.

La propiedad industrial es una rama de la propiedad intelectual y se aplica a creaciones inmateriales relacionadas con la industria. Concretamente se relaciona con las marcas, las patentes y los diseños industriales. Ya que la mayor parte de las empresas poseen algún tipo de propiedad de valor, merece la pena conocer cuáles son los derechos que se encuentran a su disposición en este ámbito.

La importancia que la propiedad intelectual tiene dentro de las empresas es enorme ya que es la protección que les permite explotar y beneficiarse de sus creaciones. Debido a esto se ha creado la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual que busca garantizar la seguridad de las empresas con respecto a sus creaciones, marcas y cualquier elemento que las represente.

La propiedad industrial es un tipo de propiedad intelectual, aplicable a todo tipo de actividad económica (industria, comercio, agricultura, etc.). Lo que distingue a la propiedad industrial es la existencia de una patente, la cual protege cualquier tipo de invención de un uso masivo e indiscriminado. Para ello, existen diferentes acuerdos internacionales, de los que destaca el Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial, de 1883.

La competitividad está relacionada con el éxito de las empresas en el mercado en relación con los principales competidores. La rentabilidad es mayor que la de las empresas de la competencia, lo cual se basa en la búsqueda constante de las ventajas competitivas en el mercado.

Por tanto, para mejorar la competitividad es imprescindible buscar el posicionamiento de la organización (y de su producto ), con estrategias que se dirijan a la diferenciación, la orientación al cliente y la calidad (y excelencia), entre otras. Estas estrategias pueden tener diferente rango y jerarquía, en función de la situación de partida y son, en todo caso, complementarias, nunca excluyentes.