Alguna vez se habrá fijado en cómo dos marcas se unen en un mismo producto, de modo que las cualidades de éste se vean reforzadas al aportar cada parte lo mejor de sí misma. Se trata de una estrategia empresarial denominada co-branding, una asociación con el claro propósito de “ganar para ganar”, es decir, que es llevada a cabo con la firme convicción de que ambas marcas saldrán beneficiadas de esa alianza.

Los apoyos gubernamentales a las empresas se han reducido drásticamente desde el inicio de la crisis. Cada año es más difícil encontrar ayudas, subvenciones o bonificaciones que simplifiquen la lucha por la subsistencia de muchos empresarios de España. La flexibilización empresarial, tendencia en alza, supone en sí un ahorro con muchos beneficios que, no obstante, no encuentra el respaldo necesario por parte del Estado.

Twitter ha revolucionado la comunicación en internet. Su sistema de publicación de mensajes cortos, limitados a 140 caracteres, tiene enganchados a millones de usuarios en todo el mundo, tejiendo lo que se considera una red social. Al margen de las personas, las empresas se están aprovechando especialmente de este fenómeno, en el que han visto una oportunidad para darse a conocer y relacionarse con sus clientes.

Pese a las diferencias lógicas que se presentan entre los diferentes países de lo que denominamos Oriente Medio, pueden encontrarse ciertas similitudes que le guiarán, en líneas generales, en su experiencia comercial en cualquiera de ellos.

La propiedad industrial es un tipo de propiedad intelectual, aplicable a todo tipo de actividad económica (industria, comercio, agricultura, etc.). Lo que distingue a la propiedad industrial es la existencia de una patente, la cual protege cualquier tipo de invención de un uso masivo e indiscriminado. Para ello, existen diferentes acuerdos internacionales, de los que destaca el Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial, de 1883.