La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) constituye la integración de una serie de compromisos y pautas para las organizaciones, para así garantizar unas políticas y procedimientos justos con los diferentes stakeholders (grupos de interés) de la empresa: trabajadores, proveedores o la sociedad en general.
El empowerment se traduce literalmente como empoderamiento y este concepto extrapolado al ámbito empresarial se refiere al hecho de conferir poder y autoridad a los subordinados, así como transmitirles la idea de que son dueños de su trabajo. Este traspaso de responsabilidades y competencia para la toma de decisiones es una estrategia de gestión que las organizaciones tienen a su disposición para conseguir trabajadores más motivados, involucrados y comprometidos con la compañía.
El concepto de empowerment se refiere a la facultad de delegar en los subordinados, de modo que estos adquieran la capacidad para tomar decisiones y ello derive en mayor motivación del empleado. Un alto grado de satisfacción en el personal, en esta línea, se traducirá en un ambiente más positivo en el trabajo y, por tanto, mejores resultados para la empresa.
El liderazgo de las organizaciones o dirección de la empresa, en la actualidad, debe tener en cuenta diferentes aspectos, especialmente la consecución de resultados y el cambio como elemento clave en la coyuntura actual. Las otras variables que hay que incluir en esta ecuación son las personas y los valores, como guía de los comportamientos.
Estos elementos son interdependientes, y en el momento que se actúa sobre uno de ellos, afecta al resto. Vamos a centrarnos en las personas, como factor determinante para conseguir resultados y promover cambios respetando los valores de la organización.
Cada vez son más los consumidores que se preocupan por los temas medioambientales, por lo que cada vez es más importante que también lo hagan las empresas. En este sentido, por pequeña que sea una empresa, todas generan impacto en su entorno más o menos próximo, por lo que resulta importante que intenten fomentar un tipo de prácticas lo más sostenibles posibles y, con este fin, que intenten diseñar un proyecto de responsabilidad social corporativa que se tenga presente en todo momento, al realizar cualquier acción dentro de la empresa.
El Sistema B es un movimiento global integrado por empresas preocupadas por el desarrollo sostenible. Desde que surgiera en el año 2012, avanza con el objetivo de posibilitar que el interés privado (económico) y el interés común (social) encuentren su equilibrio. Aunque todavía de manera tímida, este modelo comienza a hacerse su hueco entre las empresas de Latinoamérica.
Cursos, webinars, plataformas web y, por supuesto, fondos de financiación para emprendedores sociales continúan proliferando a la vez que esta tendencia toma fuerza entre los nuevos empresarios. El emprendimiento social no es lo mismo que una Organización No Gubernamental (ONG), pero tampoco se trata de una empresa al uso. Quienes ya lo conocen se han sentido seducidos por sus motivaciones y desafiados por sus metas, no han podido resistirse a la necesidad de volcar sus conocimientos, sus habilidades y sus contactos en impulsar el cambio, con la vista puesta en una realidad mejor.
La planeación de un programa de Responsabilidad Social Empresarial supone un auténtico esfuerzo y un planteamiento global de la empresa para reforzar valores e incluso cambiar la filosofía y cultura de la organización. La ejecución de estos planes es lo que realmente supone un desafío para los responsables y los trabajadores.
En la actualidad, podría parecer superada la perspectiva firmemente instalada en la cultura empresarial según la cual la productividad de una organización está directamente relacionada con el número de horas que los trabajadores están en sus puestos de trabajo. ¿Es así? Diferentes estudios demuestran que no, poniendo en evidencia, además, que en otros países del mundo, como Alemania (motor de la economía europea), se trabajan muchas menos horas (siendo altamente productivos).
Stakeholder es un concepto anglosajón que vio la luz gracias a R. Edward Freeman, en su obra de 1984 Strategic Management: a stakeholder approach. En sus inicios, Freeman se refería a todos aquellos grupos de interés para una organización, de forma que pueden influir en su funcionamiento (de forma positiva o negativa) y, a su vez, les repercute las acciones que ésta pueda tomar (de nuevo, positiva o negativamente): trabajadores, clientes, accionistas, proveedores, Administración Pública, etc.
La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) guarda relación con esos compromisos legales o éticos que asume el empresario por el impacto que causa su empresa en el mundo que le rodea, según el Ministerio de Industria, Energía y Turismo del Gobierno de España. En otras palabras, es todo lo que puede hacer el empresario por la sociedad para resarcirla del daño que pueda causar la actividad de su negocio.
La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) podría definirse como el conjunto de acciones encaminadas a paliar los problemas sociales y ambientales que causa la empresa en el entorno en que opera. Además, ser socialmente responsable no sólo genera beneficios para el mundo que la rodea, sino también a la propia empresa.