Quizás para una empresa como Apple o Coca-Cola saber la ganancia neta mensual es algo básico, pero sabe usted la ganancia neta de su compañía? Estoy segura de que lo estima, pero no saber con exactitud sus ingresos y sus egresos puede ocultarle mucha información vital para la supervivencia de su empresa. Imagine que no pudiera saber cuánto combustible le queda a su auto, ¿cómo sabría cuándo cargarle, y cuánto? Es por eso que Deming decía “no se puede administrar lo que no se puede medir”.
La eficiencia del trabajador no se mide en las horas que dedica a su labor y es errónea esa percepción de que cuanto más tiempo emplea en su actividad, mayor rendimiento. Precisamente, por lo desacertada que es esta conclusión, está cobrando más relevancia el denominado trabajo por objetivos, que no mide las horas, sino los resultados alcanzados.
La Dirección por objetivos es un modelo de gestión introducido originariamente en Estados Unidos a mitad del siglo pasado. El padre de este modelo de gestión, el austríaco Peter F. Drucker, fue consultor en General Electric, organización que inició este método de management.
Las empresas deben estar preparadas para hacer frente a una reducción de costos estratégica orientada a dotar de mayor eficiencia a la organización y, por supuesto, al logro de los objetivos fijados. Para ello es imprescindible manejar el equilibrio existente entre el ahorro en gastos y la productividad, es decir, que el primer elemento no afecte al segundo.
Los gastos de la empresa le dan una idea de cómo marcha su negocio, pero también le permiten analizar su entorno y ponerle en el camino de las decisiones correctas. No realizar un control de gastos supone avanzar con los ojos cerrados. Ser consciente de los costes de su negocio es imprescindible para realizar una correcta gestión.