Con el auge de las redes sociales y la progresiva implantación de las empresas en Internet, ha ido cobrando cada vez más fuerza el concepto de reputación online. Dar buena impresión en el entorno web se convierte, de este modo, en una de las principales obsesiones de las organizaciones que se vuelcan por conseguir extraer de los internautas tantas opiniones positivas como sea posible. No hay que olvidar que, en la red, los usuarios se muestran influenciables y se dejan guiar por las valoraciones que han hecho otros del producto o servicio en cuestión antes de lanzarse a adquirirlo.

Las redes sociales se han convertido en un espacio en el que las empresas deben estar casi por obligación. Hoy en día, si no tienen presencia en ellas corren el riesgo de que la mayoría de los consumidores considere que no existen. No obstante, son varias las redes sociales más populares y cada una posee sus propias reglas y su propio público. Por eso es importante que las empresas sepan elegir en cuáles quieren estar y, sobre todo, con qué objetivos.

Twitter es la web de envío de mensajes cortos más exitosa de internet. La mayoría de la gente la considera una red social. Superó los 500 millones de usuarios a mediados de 2012 y entre las principales razones de su rápido crecimiento está el haberse convertido en un canal de información alternativo a los medios de comunicación tradicionales. Ha logrado que su logotipo, un pájaro de color azul, sea una marca inconfundible.

La gran mayoría de empresas que incursionan en internet lo hacen más siguiendo una “moda” que persiguiendo objetivos fijados de antemano.

Esto no tiene sentido, porque muy probablemente el resultado será un desperdicio de recursos. Lo mismo sucede con las redes sociales, parece ser que todas las empresas creen que tener un perfil en las redes sociales es suficiente para vender más, y por supuesto no es así.

Nadie duda de que Internet ha revolucionado la forma de hacer negocios así que era cuestión de tiempo que el mundo 2.0 también revolucionara la Atención al Cliente.

Muy pocas empresas se plantearían ahora si les conviene o no participar en las redes sociales. La mayoría ha asumido que sí, aunque en algunos casos, sobre todo si son pequeñas, no tienen muy claras las razones. Sus argumentos no van más allá del impulso que les lleva a seguir una moda de masas. Sin embargo, si realmente quieren aprovechar esos medios deberían conocer mejor sus virtudes. Pero ¿qué son las redes sociales?