Las empresas familiares suelen tener una cultura y unos valores diferentes, fuertemente arraigados, que se transmiten y calan en todos sus trabajadores y procesos, además del servicio o producto que ofrezcan. En éstas, se desarrolla un profundo sentido de pertenencia, así como un alto grado de compromiso por parte de los profesionales que las forman.
¿Cómo dirigir una empresa familiar teniendo en cuenta estos parámetros? Con el presente artículo se pretende facilitar una serie de pistas para clarificarlo.